UNASUR aprovecha la experiencia de Chile en los esfuerzos para prevenir problemas normativos en futuros desastres

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Isabelle Granger

Entrevistamos a Bernardo Castro, de la Oficina Nacional de Emergencias de Chile sobre los pasos que recientemente ha tomado UNASUR para desarrollar un manual regional sobre asistencia mutua en caso de desastres.

¿Sr. Castro, cuáles son sus funciones dentro del gobierno de Chile?

Actualmente me desempeño como jefe de gabinete del Director Nacional de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior del gobierno de Chile.

¿Por que resulta importante para la UNASUR el desarrollo del manual para la asistencia mutua frente a desastres de los países miembros de UNASUR?

A raíz de que fue la cumbre de ministros de relaciones exteriores en el año 2013, se solicitó que Chile asumiera la Presidencia del grupo de trabajo de alto nivel de gestión del riesgo nos avocamos a la tarea de preparar un plan de acción, que buscará justamente materializar los objetivos de esta organización tan importante de la unidad de naciones del sur, entre ellas justamente rozaba el tema de gestión de riesgo de desastre, tenemos un factor común que nos une, son las situaciones de emergencia, ya sean estas de origen natural o antrópica de tal manera que somos todos descendientes del cordón de fuego del pacífico, por lo tanto el factor común que nos va a seguir uniendo en el futuro en las naciones del sur van a ser los desastres y las emergencias. De tal manera que tomando como concepto justamente lo que fija el propósito de la unión de naciones para este grupo de trabajo, elaboramos un plan de acción al que le definimos objetivos estratégicos y líneas de acción, dentro de esto pensamos nosotros producto de la experiencia que tenemos en Chile en estas materias, que la ayuda internacional, la ayuda mutua, la cooperación es un tema que realmente es importante que todos los países tengamos un lenguaje común, tengamos protocolos que nos permitan ser mucho más eficaces, más eficientes en nuestro propósito de apoyar al que está necesitado en un momento determinado. Por tal razón, es que pensamos que de todas la iniciativas que podíamos haber desarrollado, pensábamos que justamente que esta, el proponer a la organización un manual de asistencia mutua para situaciones de emergencia y desastres era una buena forma de poder hacer algo concreto y no solamente cosas declarativas. Para este propósito, ¿entonces que hicimos?, tomamos como referencia la guía de operaciones de apoyo humanitario de CAPRADE de la comunidad andina, un instrumento que fue ya aprobado por estos cuatro países de la comunidad andina y que tuvo la asesoría de la Federación Internacional de la Cruz Roja, que contempla a nuestro juicio los elementos fundamentales que permitirían, ante una situación de asistencia humanitaria internacional, contar con los parámetros que establecen las directrices de la Federación, cosas relacionadas con los principios básicos de la ayuda humanitaria, y particularmente también incluye temas tan concretos como los que señala el proyecto esfera que hace relación justamente a la forma como deben materializarse los apoyos y las asistencias, de tal manera de que pensamos que este manual va a ser una herramienta poderosa que va a permitir una cooperación entre los países en situaciones de desastre, algo que de seguro va a suceder, que sea mucho más eficaz y mucho más eficiente.

¿Cuál es la experiencia de Chile en la gestión de la asistencia internacional y de que manera resulta relevante para chile el manual de asistencia mutua?

Creo que la motivación que nos llevó a hacer esta propuesta, en esta oportunidad, esta  primera sesión del grupo de trabajo de alto nivel de gestión de riesgo de UNASUR es la experiencia que nos tocó vivir con motivo del terremoto del 27 de Febrero del año 2010. Lamentablemente por desconocimiento de los países, de los responsables de la administración de la gestión del riesgo de desastre, se vulneraron todos los principios que establece lo que es la asistencia humanitaria. En primer lugar en Chile costó mucho poder definir en la evaluación de daños, si realmente se requería o no se requería de ayuda internacional, y cuando la quiso requerir ya era como tarde, ya había llegado mucha ayuda, o sea, se vulneró un principio básico, de ayudar sin que le pidan, de tal manera que es así como pensábamos que recibimos, y en la práctica fue así, mucha ayuda importante por lo demás con la mejor de las generosidades, pero que muchas veces esa ayuda por no estar bien coordinada, por no estar sistematizada, por no estar dimensionada, asociada a lo que realmente se requería, más que un apoyo, más que una ayuda, se transformó en un problema. Hospitales que llegaron con tripulaciones de personas que hablaban un idioma que no era el propio de la ciudad donde se podían instalar,  equipos que llegaron que no se sabían los manuales de funcionamiento como podían operarse, medicamentos que llegaron sin la certificación correspondiente, podría colocar muchos ejemplos más. Esta experiencia nos ha motivado justamente a que en el caso particular en Chile nos hayamos puesto mucho más exigentes en el sentido de poder fijar los protocolos de procedimiento de la ayuda humanitaria, y para eso las Directrices de la Federación Internacional creo que son el instrumento más claro y más preciso respecto a qué es lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer en estos casos. Recientemente como ustedes saben, el primero de abril tuvimos nuevamente un terremoto y hemos aplicado estos protocolos que establecen en primer lugar que el gobierno de Chile determinó que no requería de la ayuda internacional, por lo tanto desde la Cancillería comunicamos a todos los países que Chile no necesitaba ayuda internacional y que se les iba a requerir, la iba a solicitar en su debida oportunidad y así se ha materializado, no obstante ello algunos países vecinos motivados por su espíritu solidario igual mandaron la ayuda, la que felizmente fue muy bien dirigida, digamos, porque eran fundamentalmente elementos de primera necesidad, de agua, y eso impidió que fuera un problema, por lo tanto nos permitió administrar en mejor forma, pero hoy día estamos colocando muchas de las exigencias, cuando llegue una ayuda, una camionada de cinco toneladas de arroz y nos llegan cinco mil tubos de pasta de diente, y nos llegan, que se yo, cinco toneladas de fideos es un problema, hoy día estamos pidiendo que nos entreguen ayuda a las empresas que quieran cooperar tanto a nivel nacional como internacional una caja que hemos denominado cuatro por cuatro, que contenga alimentos para cuatro personas para cuatro días, les pedimos que esto venga identificado, de tal manera de poder lograr que la ayuda sea mucho más eficiente. Por lo tanto pensamos que todas las iniciativas que conduzcan a que tengamos protocolos, documentos, manuales que nos permitan tener una herramienta común a todos los países nos va a servir para poder enfrentar las futuras emergencias.